A
propósito del 1° de Mayo, ¿Que Celebramos? Al trabajador o al trabajo, si es lo
primero como creemos la mayoría, la mejor manera de conmemorar sería optimizándolo,
mejorando los procesos al interior de las empresas y buscar la mejora
continua no solo del “trabajo” sino también encontrar la mejora continua del “trabajador”.
Que trabajador no aplaudiría una reducción de sus horas de trabajo, ya no ocho
horas, de repente 7, tal vez 6 horas.
En
la actualidad las ocho horas parecieran quedar desfasadas, fueron reclamadas
considerando el modus vivendi del siglo pasado, donde ni por asomo se hablaba
de la “Seguridad y Salud del Trabajador”. Los negocios globales, el desarrollo
de competencias, el teletrabajo y los vertiginosos cambios tecnológicos hacen
cada vez menos indispensable la presencia física del “trabajador”.
Un
amigo me comentó un día:
§ Tengo un trabajador
que siempre llega tarde y se va temprano, pero rinde igual o mejor que los demás,
es más productivo pero voy a despedirlo porque sus acciones generan el malestar
del resto del personal, que si llega al trabajo a la hora y sale a la hora
establecida.
-Bueno le dije, tú
afirmas que es el más productivo ¿porque lo vas a despedir?
§
Sí,
pero hay reglamentos que cumplir
-Nadie
recomienda que se incumplan los reglamentos, pero también hay políticas, si la
mejora continua es parte de tu política, aplícalo
§
Pero
el horario debe ser igual para todos
-Claro,
pero afirmas que es el trabajador más productivo, entonces puedes establecer
mecanismos para compensar la productividad, sea en especies, monetario,
capacitaciones, canje de horas, etc,
En
estas líneas se describen una de tantas situaciones que frecuentan el campo
laboral y que ameritan la revisión de la jornada laboral establecida.
En
otro contexto arrecian las críticas y penalizamos las tardanzas del trabajador,
pero no analizamos el contexto global: no todos tienen la ventaja de trabajar a
15 o 30 minutos de distancia. Muchos, la mayoría se traslada de 1 a 2 horas
para llegar a su centro de labores.
Algunas
veces aplaudimos al que llega temprano, pero no consideramos que tal vez se la
pase media mañana desayunando en el trabajo o medio día haciendo “vida social”.
Estas
descripciones cotidianas deben hacernos reflexionar que las Normas o
Reglamentos permitan en su esencia la
mejora continua del trabajador, de sus competencias, recompensar su desempeño
productivo, de repente no una satisfacción económica, pero puede fomentar una
mayor disponibilidad de su tiempo libre, tiempo que puede dedicar a su familia,
aprovechar en su desarrollo personal, tal vez en búsqueda de un trabajo más empático
a sus habilidades o sencillamente tiempo libre para utilizarlo en la creación
de su propio trabajo.
"Elige
un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida".
Confucio.